No te alarmes, no es un trabalenguas ni ningún acertijo, ALARA es el principio por el que se debe regir cualquier persona que maneje radiación. Sus siglas significan “As Low As Reasonably Achievable” que en lengua de Cervantes viene a ser algo como, “Tan bajo como sea razonablemente posible”.
Siempre que se oye hablar de radiactividad y radiaciones una duda viene a nuestra cabeza. ¿Cómo de seguro es esto de las radiaciones? ¿No estaré recibiendo mucha dosis? Existe una regulación tanto internacional, europea y nacional sobre los niveles máximos de radiación a los que trabajadores y público pueden estar expuestos. Esto no significa que podamos recibir esa radiación sin ningún perjuicio pero si que lo haremos dentro de unos márgenes seguros.
Lógicamente esos niveles están fijados muy por debajo de los límites para los cuales la radiación tenga un efecto determinista (efectos que se producen al superar un umbral de radiación), pero el estar expuesto a radiación aunque sea a esos niveles bajos incrementa la probabilidad de desarrollar efecto estocásticos (aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer)
Para evitar esos efectos y aunque haya unos límites siempre se tendrá en cuenta el principio ALARA. Se tomaran medidas para reducir la dosis hasta que el coste de cualquier medida adicional sea mayor que el valor de la reducción del detrimento para la salud que con ella se consiga.
Tres criterios se usan para aplicar el principio ALARA:
–Distancia, a cuanta mas estemos de la fuente radiactiva menor dosis recibiremos.
–Blindaje, un buen blindaje puede ser suficiente para reducir la dosis a niveles bajos, podríamos poner todas las paredes o cristales plomados que quisiéramos pero el coste aumenta según aumenta el tamaño por lo que hay que llegar a un equilibrio
–Tiempo, cuanto menos pasemos cerca de una fuente radiactiva menor será la dosis, así que se tenderá a estar el mínimo.
Prácticamente desde el principio del uso de la radiactividad se supo de su efecto dañino pero no se disponía de estudios suficientes para cuantificarlo adecuadamente.
Según se fue difundiendo su uso aparecieron distintos organismos para regularla, tales como la IAEA (Agencia Internacional de Energía Atómica), Euratom a nivel europeo o el CSN (Consejo de Seguridad Nuclear) en España.
Ya en 1954 en las directrices del NCRP (National Council on Radiation Protection and Measurements) encontramos consejos como “dosis permisible” que unos años mas tarde sería extendido a “La exposición a radiación de cualquier fuente debe ser reducida a lo mínimo posible. (“Radiation exposures from whatever sources should be as low as practical”)
Finalmente el término ALARA fue acuñado en 1977 por la ICRP, en su publicación 26 y desde entonces ha estado presente en multitud de recomendaciones y leyes sobre protección radiológica.
Otros términos han sido empleado con diferencias semánticas pequeñas como ALARP “as low as reasonably practical” en UK o ALAP (As Low As Practical, or Practicable, or Possible) que fue utilizado antes que ALARA.
Hay que tener cuidado con no malinterpretar ALARA, no significa simplemente disminuir la dosis absorbida sino de una optimización de la misma. Esta optimización resulta de una evaluación entre la dosis y los recursos disponibles para la protección. La mejor opción puede no ser la que nos lleva a una menor dosis pero si será la más optimizada.